sábado, 13 de febrero de 2010

HISTORIA III: LIFE IS A BITCH

La noche anterior, Vasco conduciendo por fin su camioneta, dejó a Lía en el cuarto del hotel y él se fue a la discoteca a seguir festejando el día de San Valentín… no era la primera vez. Lía estaba demasiado ebria como para seguir bailando y como para empezar una sesión de romances. Vasco cansado regresa al Hotel y abre las ventanas de la suite. Se acuesta en la terraza con el torso desnudo y se queda dormido.

Al amanecer, Lía aún con la resaca va al botiquín y se toma un anti ácido y una aspirina. Ya por la tarde van al restaurante del hotel, él aún molesto por el comportamiento de Lía y Lía molesta porque Vasco la dejó para regresar a la discoteca. No hay nada mejor que unos cangrejos reventados en salsa de calamares y almejas en mantequillas para que renueven el deseo. Un brindis de reconciliación con un buen vino blanco para romper el hielo y la mano de Vasco acarició con ternura la mano de Lía, ella con ojos llorosos asiente dando inicio a una tarde feliz.

En Asia, la bulla era enorme y regresan al hotel ya calmados prometiéndose cambiar para seguir sus sueños . El aleteo de unas gaviotas, el murmullo de las olas dejando su vida en la orilla y el viento cantándole al oído a los amantes, se confundían con los gemidos de ambos, una tarde muy relajada frente al mar de Asia. Vasco tenía la costumbre de fumar marihuana (los deportes no lo alejaron de sus placeres) de vez en cuando después de hacer el amor. Lo hizo esa vez, ella tan feliz de tener la seguridad que esta vez ya no se volverían a separar, va al baño y prepara el jacuzzi para los dos. Ella no fumaba.

El agua debía de ser demasiado fría para ellos por el calor que el padre sol les daba y por el mismo calor que produce la excitación de dos cuerpos que se aman. Lía desnuda con la piel turgente y clara, lleva de la mano a Vasco aún con el porro en la boca, ella se sienta y él la sigue, se sumerge en la tina cerrando los ojos. Lía va al tocador a buscar jabones con aromas, inciensos y algunas velas. La suite blanca le parece ahora surreal. Regresa al cuarto de baño hablándole a Vasco mientras ubica sus artilugios por todo el ambiente. Besa los labios de Vasco y acariciando su pecho ella se sienta sobre él besándole el cuello… Vasco no responde, ella extraña le reclama un beso, pero Vasco no responde, ella le sacude los brazos, le abre los ojos le arroja agua en la cara, le grita al oído y su voz llorosa le suplica que despierte que no la deje sola, que no está jugando, que no se vaya sin ella. Se aparta y ve un hilo espeso de sangre que baja de la nariz hacia los labios fríos de su siempre amado… Vasco ya no estaba.

Un infarto pulmonar desbarató los planes de ambos, el cambio de temperaturas y presión terminaron por matarlo desnudo frente a los ojos de Lía. Ella con sus sentidos nublados no soporta esa cruel estampa y se desangra frente a él, pero en esta vez ella sí tuvo éxito.

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